Perdóname.
Perdóname por todas
aquellas veces que no fui bueno contigo.
Perdóname por todas
aquellas veces que no te hablé bien o no supe valorar todo lo que hiciste por mí.
Perdóname por hacerte
llorar cuando solo querías lo mejor para mí.
Te prometo que me
costaba.
Me costaba muchísimo
entender que te hacías mayor.
Me costaba muchísimo ver
como cada vez podías con menos cosas, después de pasarte la vida trabajando…
después de ver todo lo que eras capaz de hacer.
Me costaba mucho aceptar
que cambiarías… pero ahora he crecido y acepto que las personas cambian, que se
hacen mayores, que cada vez pueden con menos cosas que antes. Que hoy debo
cuidar a quien siempre me cuidó.
Dicen que no te das
cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Y es verdad. Pero yo todavía
tengo la suerte de tenerte a mi lado. Y ojalá fueses eterna. Ojalá pueda seguir
aprendiendo de ti muchísimos años más. Ojalá podamos seguir cuidándonos siempre.
Ojalá a la muerte jamás se le ocurra enamorarse de ti. Ojalá escribir esto
fuese un poquito más fácil.
Yo no he sido el
mejor nieto del mundo,
pero tú eres la mejor
abuela que puedo tener,
y te doy las gracias
infinitas.
Hoy cumples 88 años.
Y yo celebro poder
seguir estando a tu lado.
Y reírnos por
cualquier tontería. Y cuidarnos el uno al otro.
Te quiero muchísimo.