Cuando te pierdas…
mira hacia un lado.
Cuando sientas que no
sabes hacia dónde vas… mira hacia un lado.
Párate un minuto y
reflexiona.
¿Qué te da tanto
miedo?
Muchos piensan que
ser vulnerable es ser débil, que no está bien mostrar lo que sientes a un mundo,
cada vez más cruel y menos humano. Muchos piensan que llorar es de maricones,
que mejor hacerse el duro o fingir que todo te importa una mierda.
¿Y por qué? ¿Con qué
finalidad? ¿Qué consigues siendo alguien que no eres realmente? ¿Qué consigues
siendo tan hermético con los demás? Quizás así no te hagan daño… o quizás seas
así porque te lo han hecho, quién sabe.
Muchos piensan que
ser vulnerable es ser débil, pero yo siento que ser vulnerable es ser real.
Cada vez soy más abierto al mundo, más transparente, cada vez soy más yo mismo
que nunca… cada vez tengo menos miedo.
¿Pero sabes qué soy
sobre todas las cosas? Selectivo con mi entorno. Y es que huyo de todas las
personas que no me contagien un mínimo de positividad, de buenas vibraciones.
Huyo de la gente tóxica, oscura… de aquellos que en vez de sumar, resten.
No tengas miedo de
ser quien eres.
Siéntete libre y
fluye. Rodéate de buenas personas y aléjate de aquellas que no merezcan la
pena. Ríete por cualquier tontería, disfruta del momento; el aquí y ahora… vive
intensamente, llora si lo necesitas y pide ayuda si lo crees necesario. No hay
nada malo en mostrar lo que sientes.
Porque estoy seguro
que,
más cerca de lo que
crees,
hay personas que
curan un poco
y te guían de vuelta
a casa
cuando pienses que
estás perdido.
Que hay voces que
calman tormentas.
Y abrazos,
que siempre,
serán refugio en días
tristes.