Hoy dejamos atrás un nuevo año y ya van unos cuantos desde que en una tarde de 2013 decidiese comenzar a escribir partes de mi vida en este blog. Ahora miro atrás y veo todo lo que ha cambiado… tantas cosas, tantas personas.
Y es que, personas
que creí que serían para siempre, terminaron convirtiéndose en grandes
desconocidos. Aprendí que lo que hoy tienes, quizás mañana no. Que los que
están, de golpe, se pueden ir.
Ya me lo dijeron hace
algún tiempo…
Crecer, quizás, es un
poquito tener que aprender a despedirse;
de alguien o de algo,
qué sé yo.
Disfruta el momento.
El aquí.
El ahora.
Las 24 horas de un
día,
que nunca volverá a
ser el mismo,
que no se volverá a
repetir.
Hay quienes cambiaron
y nunca más fueron quienes eran, quienes lograron mejorar y alcanzar sus
objetivos, quienes alcanzaron su sueño porque lucharon por ello, los que a
pesar de todo permanecieron, quienes están a mi lado y siguen brillando y siendo
magia a pesar del tiempo y de los años. Hay quienes merecen la pena porque en
el mundo sigue habiendo gente maravillosa. Y son con esos, al fin y al cabo, con
quien debemos quedarnos.
2017 ha sido un año
bonito.
Un año en el que he
conseguido muchísimos objetivos a nivel personal y profesional. Un año en el
que he cumplido todo lo que me he propuesto y en el que he cerrado la boca a
todos aquellos que pensaban que no iba a poder. Un año en el que he mejorado
mucho como persona y he cambiado cosas de mi que no me gustaban.
Mi lema al empezar el
año fue
“Podemos, y además
con todo(s)”
Y he podido con todo
y con más.
“Y ahora… camina.” será el lema que me
he propuesto para mi 2018, un lema que para mí
significa no quedarme quieto, no dormirme y conformarme con las cosas que he
conseguido hasta ahora, seguir avanzando y mejorando, seguir caminando para que
2018 sea tan bonito (o incluso más) que este año que hoy termina.
Os deseo lo mejor.
Y espero que tengáis
un muy feliz año nuevo.