Parece
que a estas alturas, ya no hay mucho que aprender, pero lo cierto es que
intento aprender día tras día de los demás, aunque también, lo hago de mi mismo
como persona. Ahora os explicaré a qué me refiero con todo esto.
Estos dos
últimos meses han sido muy fuertes para mí emocionalmente, como os conté si
habéis leído mi blog en entradas anteriores, hace dos meses mi pareja y yo lo
dejamos después de estar 18 meses juntos.
A lo largo
de estos dos meses he pasado por las diferentes fases o etapas de una ruptura,
desde el primer momento en el que no era capaz de asimilarlo, a las semanas
siguientes en las que estuve encerrado en mi habitación llorando sin tener
ganas de comer, ni de dormir… o semanas más tarde, cuando pude llegar a la fase
de aceptación, al punto de aceptar que bueno, que todo tiene un final en algún momento,
supongo.
Lo
cierto es que, llegados a este punto, a día de hoy ya no me paso los días
llorando, ya no me paso los días encerrado en mi habitación e intento hacer
cosas que de verdad me gustan y me llenan.
Pensaba,
iluso, que por no llorar podría rehacer mi vida con otra persona, que todo
estaba superado. Pero dos días al lado de otro chico me han bastado para darme
cuenta de que no estoy preparado para estar con nadie… que todavía es muy
pronto, que a mi corazón le sigue doliendo su despedida y estoy queriendo ir
demasiado deprisa.
Pensaba
que, podría volver a querer a alguien, pero no es el momento, este no lo es. No
puedo pretender que mi corazón sienta cosas por alguien cuando hace poco me hicieron
tanto daño… cuando hasta hace poco quería tanto y tan fuerte a una persona.
Estos
días he aprendido que hay clavos que no pueden sacar a otros clavos. Que hay
despedidas que ya no duelen, pero que siguen escociendo. Y, sobretodo, que debo
ser fiel a lo que soy.
Porque si
hay algo que odio y no me gusta es la falsedad, y no puedo ser un falso con los
demás o conmigo mismo. No puedo pretender tener una relación con otra persona
cuando mi corazón sigue herido, cuando todo mi interior se tambalea cuando miro
alguna fotografía o recuerdo todo lo que fue algún día y ya no es.
Me he
dado cuenta de que lo único que necesito es tiempo. Que voy bien, que estoy
saliendo de esta, poco a poco… pero que no hay que correr más de la cuenta, que
todo tiene su tiempo y que, quizás, ahora mismo, sólo debería ser tiempo de
pensar en mí.
Este blog no admite comentarios. Pero recuerda que puedes seguirme o dar tu opinión a través de Twitter mencionandome en @Difficultimes con el siguiente hashtag.