Otras muchas
veces, decimos cosas en momentos de tensión que no pensamos realmente, pero que
por culpa de la rabia o el enfado que sentimos en ese momento, las decimos.
Seguramente
más de una vez has perdido el control de tu vida y has dicho cosas de las que
te arrepientes, cosas que no deberías haber dicho, cosas que realmente no
pensabas pero que hicieron daño a personas que eran importantes para ti, cosas con
consecuencias… como por ejemplo, las de perder una amistad.
“Pero… ¿Por
qué lo hiciste?” Seguramente esta es la típica pregunta que siempre lleva como
respuesta un “Pues no sé…”. Y es que a veces, sí, hacemos cosas sin explicación
alguna, sin pensar que cada cosa que hacemos o decimos, tiene una consecuencia.
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