Siempre que
intento abrirme un poco más a la gente, algo se encarga de que no me sienta del
todo cómodo. Al final, o me canso, o terminan cansándose de mi y se van, como
hacen la mayoría.
Muchas veces
tengo la sensación de que soy alguien pasajero en la vida de muchos, alguien
que da lo mejor que puede (aunque a veces ni se agradezca) y del que al final,
se terminan olvidando.
Con el
tiempo, estoy aprendiendo a dejar de valorar las palabras y empezando a valorar
más las acciones o las cosas que hacen por mí.
Igual por
esa razón, porque ahora valoro más las acciones que las palabras, he dejado de
ser cariñoso con algunas personas y he pasado a ser más frío con ellas.
Y es que,
como deberías saber, las palabras sólo son palabras. Palabras vacías, palabras
que no sirven de nada si no vienen acompañadas de un sentimiento, o si estas,
no vienen acompañadas de acciones que demuestren que lo que te dicen es lo que
sienten realmente.
A lo largo
de estos meses, muchas personas me han dicho “Estaré ahí SIEMPRE”, “Aquí
para todo” o “Si necesitas algo aquí estaré.”
Me río yo de
toda esa gente. De toda esa gente que cree que me creo sus palabras vacías y
falsas… SÍ, FALSAS.
Menos de un
cuarto de la mitad de esas personas que te dicen que van a estar ahí SIEMPRE,
te lo dice realmente de corazón. Sus intenciones al decirte eso no son darte la
mano cuando te caigas o ayudarte en los peores momentos, tan solo quedar bien
contigo.
La razón por
la que estoy cambiando, la razón por la que ahora valoro más las acciones que
las palabras, es porque ya estoy bastante cansado...
Cansado de
escuchar un “Te quiero” como el que dice “Hola”. Cansado de que me digan “Te
echo de menos”, pero no me lo demuestren realmente. Cansado de que me digan “Si
me necesitas aquí estoy” y que cuando lo necesito, no haya nadie a mi lado.
Cansado de que me digan “Para mi eres importante” y que jamás hablen conmigo si
no soy yo quien empieza la conversación.
¿Sabes cuál
es el valor de las palabras anteriores? Sí, exacto, ninguno. Son palabras vacías, palabras
falsas, palabras que no valen nada. Palabras… palabras… sólo palabras.
Y es que, el
verdadero valor de las palabras, se adquiere cuando quien las dice, te las dice
desde el corazón. Cuando el que te dice “Te quiero”, te lo dice porque eres
especial en su vida, porque realmente lo siente así. Cuando el que te echa de
menos, ha pasado todo el día queriendo hablar contigo. Cuando el que te dice que
estará ahí cuando le necesites, no sólo está en los buenos momentos, sino
también en los malos. Cuando el que te dice que eres importante en su vida, te
lo demuestra con hechos y no con palabras que no siente realmente.
Pero bueno, supongo
que la vida es un poco así. Llena de personas que dicen lo que sienten y otras
que no sienten lo que dicen…
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