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martes, 12 de agosto de 2014

Cinco minutos contigo, mamá.

Que las peores despedidas son aquellas en las que alguien nos abandona sin querer irse, son aquellas en las que no tenemos oportunidad de abrazar por última vez a la persona que más queremos o aquellas en las que alguien se va aún sin llegar a irse nunca del todo... Y es que, según dicen, nadie muere del todo mientras alguien te recuerda, mientras alguien te piensa, mientras alguien te lleva en la mente.

¿Y sabes? ¿Sabes una cosa? Pienso que tú eres infinita… que tú nunca vas a morir del todo, no, nunca lo vas a hacer… ¿Porque sabes qué? Siempre estoy pensando en ti, siempre estoy recordándote, mamá.

Y sí, ya lo sé, puede que no me hayas visto crecer, ni hayas estado en mis cumpleaños, ni en los días más especiales de mi vida, en esos días en los que… joder, me gustaría tanto que hubieras estado junto a mí… pero pese a eso, pese a eso quiero que sepas que me siento muy orgulloso de ti y que siempre siempre siempre te siento junto a mí.

Créeme, no es fácil vivir sin ti, mamá. No es fácil crecer sin ti, mamá. No es fácil crecer en un sitio donde no le importas a nadie, donde no eres nadie. No es fácil, y espero que lo entiendas.

Pero supongo que por ti tendré que salir adelante, solo, como he hecho toda mi vida, cayéndome y levantándome, perdiendo y a la vez ganando, aprendiendo de las cosas malas pero manteniendo también las cosas buenas.

Me hubiese gustado que las cosas fuesen diferentes, que hoy… no sé, en vez de escribirte esto llorando, estuviésemos por ahí de vacaciones pasándonoslo bien o al otro lado del sofá viendo alguna película juntos…

Pero no, aquí estoy, llorando como un puto subnormal porque todavía hay perdidas que no he sabido superar, porque supongo que hay perdidas como la tuya que no se pueden superar nunca, porque supongo que hay personas que nunca puedes olvidar.

Y qué irónico es todo, ¿verdad?
Mientras yo lloro por ti, mientras te escribo esto, mientras te digo que daría todo lo que tengo por pasar solamente cinco minutos contigo, alguien ahí afuera no está valorando una puta mierda la suerte que tiene de tener lo que tiene. Y es triste.

Desde aquí, desde este rincón donde de vez en cuando voy escribiendo lo que siento, me gustaría mandarte el abrazo más especial que he dado nunca a nadie; porque te lo mereces por cuidarme desde ahí arriba; TE QUIERO MAMÁ, TE QUIERO MUCHO.
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