Es
triste, pero a veces hay historias que deben terminar para siempre. A veces hay
historias que deben terminar con punto y final, sin posibilidad de escribir
segundas partes.
Y es jodido, es jodido porque a ti te gustaría
seguir creando recuerdos al lado de esa persona, pero esa persona ya no quiere
crear recuerdos contigo. Y es jodido, jodido porque quieres seguir perdiéndote en
sus ojos todas las noches, pero seguramente esa persona ya se esté perdiendo en
los ojos de alguien ahora mismo.
Y
entonces, te asomas a la ventana y te das cuenta de que cada día anochece
antes, de que el tiempo pasa pero tú no consigues superar que esa hija de puta
se fuese dejándote así, a medio destruir. Te das cuenta de que ya no, de que ya
no habrán más intentos por arreglar las cosas, ni un solo portazo de despedida
más.
Te
das cuenta de que ya no habrán unos ojos que brillen como los de ella, ni un
mensaje inesperado en la madrugada diciéndote que te echa de menos. Te das
cuenta de que ya no habrán más sonrisas por las mañanas, ni volverás a perderte
con ella por las calles de cualquier ciudad abarrotada de gente.
Te
das cuenta tarde, de que ya no somos causas perdidas que intentan volver a
encontrarse, que todo ha terminado de la peor manera, en catástrofe.
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